Asesores de Castillo le hacen cometer error histórico
El Presidente Pedro Castillo participó esta mañana en la ceremonia de graduación de los alféreces de fragata de la Escuela Naval del Perú. Al tiempo que resaltó los valores que deben guiar a los hombres y mujeres que forman parte de la Marina de Guerra del Perú, también hizo hincapié en que no se va a rendir frente a las diversas amenazas que puede haber en contra del país.
Durante la ceremonia, el presidente expresó: "(...) como dijo nuestro máximo héroe naval, Don Miguel Grau Seminario en Angamos, en este buque nadie se rinde". En alusión a los distintos esfuerzos por parte del Congreso para sacarlo del Ejecutivo. Sin embargo, cometió un error histórico. La frase que mencionó el Presidente de la República no la dijo Grau. Fue el teniente Enrique Palacios, quien la dijo. Palacios fue uno de los últimos oficiales que comandó el monitor Huáscar en la gesta de Punta Angamos. El teniente Palacios izó el Pabellón Nacional, en medio de la más feroz acometida de la metralla enemiga, profiriendo la histórica frase: "En este buque nadie se rinde".
El historiador Hans Ruhr explicó que Enrique Palacios fue “el cuarto al mando del Huáscar”. Muerto Grau, el segundo en asumir el mando fue el comandante Elías Aguirre. Muerto este el Capitán de Corbeta Carvajal fue herido de gravedad, pero no muere, “sabemos que Palacios dijo eso porque Carbajal, días después de la batalla cuando estuvo prisionero, dio parte de eso”, añadió Ruhr. Luego cae el Teniente Rodríguez. El Teniente Enrique Palacios -quien con la mandíbula destrozada y sin abandonar su puesto- es quien profiere la frase en discusión. Tras Palacios el Teniente Santillana fue alcanzado por balas enemigas; nadie se rindió y se luchó hasta el final.
El Huáscar, aunque sin gobierno, continuó disparando, e intentó espolonear al Blanco Encalada sin resultados. Finalmente, tras una hora y diez minutos de combate, con la artillería ya inutilizada por el fuego enemigo, con el buque sin posibilidades de maniobrar y diezmada su tripulación, por orden expresa del último en asumir el mando del Huáscar, el Teniente Pedro Gárezon, se ordenó abrir válvulas de fondo para hundir el buque. Cuando esto se llevaba a cabo, ya con cuatro pies de agua en los fondos, el enemigo abordó el buque y tras dominar a la tripulación exhausta la tomaron como presa. Al instante de abordar el Huáscar el primer bote chileno, se hallaban los oficiales peruanos sobre la cubierta, momentos antes todos ellos habían arrojado al agua sus espadas para no entregarlas, gritando a viva voz uno de ellos : “Los Peruanos no se rinden”.