La desmemoriada Patricia Chirinos
La Comisión de la Verdad y Reconciliación, en uno de los acápites dedicados a las torturas ejercidas por personal de las Fuerzas Armadas, en la década de los 80, recoge el siguiente testimonio: “(…) otro ex militar, cuya identidad se mantiene en reserva, en 1985, se construyó un horno al interior del Cuartel Los Cabitos. Tanto en su construcción, como en el de una “Cuadra”, se encontraron restos humanos enterrados.
El horno fue utilizado para quemar los restos que se desenterraban: “(…) el horno se construyó en una zona aledaña al Cuartel Los Cabitos, a la que se tiene acceso por una vía carrozable, que cruza la parte final de la pista de aterrizaje del aeropuerto de la ciudad de Ayacucho (...) para construir el horno , los soldados de ingeniería de guarnición (INGUAR) empezaron a cavar y encontraron algunos cadáveres”.
El relato continúa: “(…)Se hacía un hueco de un metro y medio, en la madrugada se llevaba a la gente, donde los sepultaban y sobre la misma se colocaban algunos cactus (…) Luego de haber concluido la construcción del horno, el declarante y los demás integrantes del INGUAR se encargaron de desenterrar los cadáveres que se encontraban enterrados en las zonas aledañas donde se construyeron las cuadras de los soldados y el mismo horno.
Lo cierto es que ahora o en los 80, el mensaje de Chirinos de meter a alguien en un horno es despreciable.